martes, 8 de diciembre de 2009

Zelda


Sentado en la playa de la que cada grano de arena es un recuerdo
Una sonrisa se dirigía hacia mí
Me dijiste que nunca regresarías
Que nunca asolarías mi mente como esta noche donde te odio más que nunca
Y mi vida
Mi vida
Esta rota, rota otra vez en esta humillación de plegarias a un Dios que muere todos los días como esta maldita humanidad que me hace pensar que todo es solo una triste fábula,

Desaparecer con el silencio de un acorde que nadie ha de entonar
Nadie ha de encontrar
Gritando con los puños cerrados mientras la angustia se apodera de mí,
Por favor déjame en paz, sin dejar de jadear por inmensa nebulosa de rabia
Y después me sentare a llorar, a tratar de reponerme de este episodio de muerte prematura

Hay una verdad
Una lágrima
y un bastardo que le dice no a la costumbre de decir te amo cada amanecer,
y después,
después será más fácil partir,
¿Padre, Padre porqué me has abandonado?
Siento, ven, no vas a perder
Siento, morirás en mis brazos otra vez
No tengo nada más que perder
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
En tus manos de papel escribo mi suicidio
De cómo será, de cómo sucederá
Hey tu, no fuiste nada, solo un muñeco de trapo
Estoy tan harto de ti
El dijo: soy yo,
El dijo regresaré
El dijo todo terminó

Silencio y escucha el sonido de tus mentiras mientras te disparo en el vientre
Y mi vida
Mi vida, está rota, rota otra vez con esta humillación de plegarias a un Dios que muere todos los días como esta maldita humanidad que me hace pensar que todo es solo una triste fábula,
Furioso de arrodillarme cada noche para pedirles que seas solo un sueño,
Un sueño donde nunca podrás alcanzarme,

No debí humedecer mis esperanzas en tus labios
No debí acurrucarme a tus miedos haciéndolos míos
No debí sentarme a esperar la última palabra
Corriendo sin detenerme desfilando ante la luna,
Llegaré al otro lado del universo y ahí descansare de ti,
De tus palabras y tus manos sobre mi cabeza diciéndome que pare
Que no es necesario sufrir más por ayudar a los demás
De no reivindicarme ante nadie más,
Llorando, suplicando que detenga mis agitaciones,
Que deje de vivir como solo se hacerlo,

Ellos siguen aquí y no se iran mientras lo que se encuentra dentro de mi exista,
Y ellos respondieron;
Nos iremos al tu morir, David
Y mi vida
Mi vida, está rota, rota otra vez con la humillación de suplicar a Dios, a quien yo creí y que muere todos los días como esta estúpida humanidad que me hace creer que él único problema es no amar, que todo es solo una triste fabula,

Yo les pertenezco, están aquí y no se iran mientras yo exista,
Y ellos respondieron;
Nos iremos al tu partir, David

1 comentario:

Andrés de la Gota dijo...

NEFASTO