sábado, 9 de enero de 2010

EN MEDIO DE LA CRITICA PARA UN MUNDO COMPRIMIDO - En Defensa del Marxismo


Que Barack Obama resuelva los males que hoy padece la humanidad, es una proposición tan falaz como los fundamentos para su justificación al premio nobel de la paz. Escribir un libro o un ensayo de la materia que se quiera hoy en día resulta harto complicado partiendo de la premisa que el sistema – en la variedad de dimensiones en la que circunscribe al individuo socialmente hablando – enjaula el carácter creador del homo sapiens moderno dentro de una muy estructurada telaraña de relaciones de producción en la que obligatoriamente el tiempo y el espacio, son solo atributos de la gran oligarquía. Nos aíslan al mundo miope del desconocimiento y la duda. Las transformaciones sociales que se leen en los grandes diarios solo son instrumentos, abyecciones que infiltran en nuestra percepción la idea de sutileza mediocre y cómplice ante las innumerables víctimas del poder, la indiferencia y la corrupción institucionalizada del Estado Moderno.

Hoy más que nunca – bajo la constancia del sufrimiento propio y ajeno – se es necesario volcar las ideas radicales a fin de obtener un cambio de posición del que ostenta el Stablishment nacional e internacional. No se puede sacrificar más vidas humanas por un sistema que ya tiene cientos de años de destrucción y saqueo. La repercusión que esto ha tenido en la mentalidad de la humanidad es devastadora como el estado actual del medio ambiente; el hombre se ha convertido en un medio y no un creador de su propio destino. Las horas de trabajo constituyen el mayor demonio con el que el proletariado tiene que luchar a fin de obtener la libertad absoluta frente al capital. La carrera por el consumo destroza todo ideal político con el que los centristas, democristianos y liberales sueñan a fin de llegar al poder, gozarlo y hartarse; sueños que se consiguen con abundancia facilidad en nuestras proyecciones subjetivas que guardan relación con nuestro sistema educativo, puesto que se instruye con la pretensión de reconstruir la realidad desde arriba, es decir, toda conciencia política actual – llámese centro izquierda, derecha, liberal o neoliberal – tiene como ilusión pendiente situarse en la más alta cumbre del poder político por intermedio de los mecanismos y sistema electoral que la sociedad burguesa exige y ofrece a la sociedad – la democracia. Ya Leonardo Boff y Freii Betto han expuesto amplias líneas en sus respectivas investigaciones sociopolíticas respecto a esta gran mentira con la que crecen muchos jóvenes y caudillos en el libro “la mosca azul”; entendiéndose esta tesis como una falsedad suponer que se re estructurara todo el status quo de una nación desde los extremos superiores del poder mediante la utilización del sistema democrático convencional, ya que no puede abstraerse de lo primigeniamente existente sin antes no abstraerse de él.

Muchos olvidan que la gran superestructura política y social – así como las demás instituciones de la sociedad burguesa – solo pueden ser efectivas como tales a partir de una base económica, que no es otra que el sistema de producción que les da origen, sirviendo estas últimas como la legitimación constante a esa realidad que subyace bajo nuestra existencia material. La tesis de Betto apuesta por el cambio desde abajo, que no es otra cosa más que negar la realidad y destruirla bajo la organización popular. Tanto la ciencia oficial como la liberal, de vez en cuando han dado grandes muestras de ineptitud y arrogancia frente a fenómenos no tan desconocidos en la historia económica y política de la mayoría de las naciones-potencia del planeta en los años recientes. Es ahí donde muchos intelectuales hemos presenciado con asombro casi histórico la vigencia real de la teoría marxista. Aunque muchos iletrados, anzuelos de la cultura occidental, tengan como única referencia del marxismo el ser una secta perniciosa, lo cierto es que de su estudio constante es posible argumentar con amplia facilidad que las leyes del materialismo dialectico son infranqueables y sirven con más claridad al intelecto humano que todas las investigaciones neoliberales existentes en las bibliotecas de todas las facultades de economía del mundo.

Si bien es cierto, esta teoría se hizo tal desde lo más exquisito y poderoso del siglo XIX – La filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés – no es menos cierto que el marxismo contemporáneo, en manos de sus más insignes representantes a nivel mundial, viene aportando y tomando de las más consistentes enseñanzas de la historia y los pueblos del tercer mundo, aquello que por años se perdió luego de la estrepitosa caída de la potencia Soviética, conciencia de clase. En las últimas elecciones al parlamento Chileno, el partido comunista de Chile en coalición con el programa nacional de izquierdas ha logrado colocar a 3 senadores comunistas, lo que para el presente representa una gran victoria para el marxismo a nivel mundial, puesto que hay gente que aún cree en la seriedad y vanguardia del ideario comunista por el bien común, la solidaridad y la destrucción del actual sistema incluido sus protectores y vasallos intelectuales.
Se explicaba ya en las tesis del materialismo histórico, cuando como hoy la religión solo podía imaginarse como un simple consuelo al espíritu de la sociedad castigada por el derecho burgués, ese conjunto de doctrinas que empequeñecen al precario de entendimiento jurídico, convirtiéndolo precisamente en aquel sujeto de derecho que proviene de los libros de Savigny, Zafaronni o Jackobs, y que luego de cruentas guerras lo ha elevado al nivel de un pordiosero con la positivización de lo más profundo del patronato occidental – Los Derechos Humanos – la gran mentira del siglo XX.


Y aunque la filosofía oficial, esa repugnante teoría idealista, haya encontrado una nueva guarida en la metafísica solapada en el funcionalismo o postmodernismo que se enseña y vanagloria en las más importantes universidades de Europa y América latina, es más cierto que mas sociólogos de cabal importancia, y filósofos que guardan consigo los más grandes secretos de la dialéctica postergada, vienen retomando con apoteósica fuerza el estudio de las disciplinas materialistas que en un tiempo extrajeron a la humanidad de la brutalidad idealista de la religión y lo catapultaron a la cima de la naturaleza donde siempre le correspondió permanecer.

3 comentarios:

Andrés de la Gota dijo...

A juicio de Keynes, las teorías que precedieron a la suya representaban una teoría particular. La suya se ocupaba de todos los equilibrios posibles en un economía de mercado, lo que incluía las situaciones en que había pleno empleo, pero también las de desempleo. Las teorías que se referían a una situación particular: el equilibrio de mercado con pleno empleo, ya no podían concebir equilibrios con desempleo.

Parte de la superada teoria económica neoliberal

Maria Solis dijo...

La Solución a este mundo desbocado esta en clave.

CIRCULO CERRADO - PUCP dijo...

Hay un ensayo de Manuel Sacristan sobre los puntos eclepcticos entre el capitalismo y socialimso puro. Ensayo que nos ayudaria a comprender el desarrollo del sistema neoliberal. Interesante artículo. Todos contra el capital